Cada vez es mayor el deseo de que los departamentos de recursos humanos se centren sólo en "Employee Experience". La experiencia del empleado es un término que se refiere a las percepciones de un empleado sobre sus interacciones con muchas facetas de la organización para la que trabaja. La noción de experiencia es el viaje que realiza un empleado desde que es una perspectiva de empleo hasta que abandona la empresa y más allá. La idea de EX (experiencia del empleado) es extremadamente amplia y abarca diversos factores, como la forma en que las empresas contratan, forman, comprometen y evalúan a sus empleados. En este artículo le guiaremos hacia una introducción de por qué es importante invertir en EX ahora y cómo puede utilizar el Design Thinking para poner en marcha el cambio para su organización.
Un diseño adecuado en torno a su Employee Experience beneficia a cualquier organización
Según las investigaciones, una experiencia positiva de los empleados tiene diversas repercusiones beneficiosas, entre ellas las siguientes:
- Aumento de la productividad: Los empleados que están satisfechos y comprometidos rinden más y de forma más inteligente, creando más y gastando menos, lo que aumenta los resultados inmediatamente.
- Mejora de la retención de talentos: Los empleados más felices son menos propensos a marcharse, y esto a su vez desarrolla las capacidades y la experiencia de toda la organización.
- Reducción de la rotación: La inversa del aumento de la retención. Evita los gastos de contratación y formación de empleados sustitutos.
- Reducción del absentismo: Esto influye positivamente en la productividad y la moral.
- Aumento de la innovación y la creatividad: Está demostrado que satisfacción de los empleados se correlaciona con la producción y aceptación de ideas innovadoras.
Pensamiento de diseño para ayudarle a mejorar EX
El Design Thinking es una metodología para crear bienes y servicios creativos. Sin embargo, cada vez se emplea más para satisfacer las necesidades de los empleados actuales. Las expectativas evolucionan, y también debe hacerlo el enfoque adoptado por los departamentos de recursos humanos.
Design Thinking, también conocido como diseño centrado en el ser humano o (en este caso) en el empleadoes un proceso muy eficaz que se centra en la comprensión empática de las necesidades no articuladas de las personas, al tiempo que establece un régimen de evaluación y tolerancia al fracaso. En términos de fomento de una cultura positiva, puede utilizarse para investigar y comprender a las personas, los retos y las necesidades de una empresa y, a continuación, diseñar experiencias que fomenten un sentimiento de pertenencia, realización y satisfacción.
Por ejemplo, a través de nuestra práctica de Consultoría de Innovación, hemos utilizado el Design Thinking para desarrollar nuevas estrategias de personal que priorizan el desarrollo y el crecimiento, visiones, propósitos y valores que reflejan verdaderamente los deseos de los empleados, un nuevo proceso de contratación de graduados que prioriza el beneficio del usuario sobre el beneficio de la organización, y un proceso de revisión del rendimiento centrado en el ser humano, por nombrar algunos. Las posibilidades de incorporar el Design Thinking a las experiencias laborales son prácticamente ilimitadas e increíblemente útiles. Analicemos ahora cómo el Design Thinking puede mejorar la experiencia de los empleados
Establecer una cultura de la innovación
El Design Thinking no sólo puede ayudarle a crear experiencias superiores a lo largo del proceso de contratación y la entrevista de salida, sino que también puede ayudarle a comprender mejor a sus clientes. Al incorporar una mentalidad de diseño en la organización, incorporas las perspectivas de los miembros de tu equipo en cada decisión interna, así como las perspectivas de tus clientes en cada elección exterior. Esto permite traducir los objetivos de la empresa en iniciativas centradas en el cliente y desarrollar una cultura en la que cada miembro del equipo tiene en cuenta el impacto de sus acciones en los clientes.
Además, la incorporación de prácticas de diseño puede servir de puente entre distintos departamentos y equipos. Todos los miembros del equipo deben comprender la empatía con el usuario y asegurarse de que impregna todos los aspectos de la organización. Como resultado, todos los departamentos, desde el financiero al de atención al cliente, pasando por el de marketing, colaboran para comprender la experiencia del usuario, la analizan y, a continuación, determinan el valor que pueden desarrollar y ofrecer conjuntamente. Esto no sólo añade valor al consumidor, sino que eleva la importancia de cada departamento, fomentando un ambiente más colaborativo y productivo.
Comprender los temores y riesgos de empezar a mejorar Employee Experience
Esto no es el final. El Design Thinking ayuda a evitar la inmovilización que puede producir el fracaso. Mediante pruebas a pequeña escala, el fracaso se controla de forma que no se considera negativo, sino como nueva información. Los Design Thinkers disponen de técnicas rápidas, ingeniosas y eficaces para evaluar sus suposiciones, lo que minimiza los riesgos asociados a suposiciones incorrectas. Cuando se implanta un nuevo sistema o estructura corporativa, se garantiza que ha sido objeto de una amplia investigación, consideración y prueba, lo que infunde una mayor confianza.
Hay varios componentes para crear una gran cultura, pero a veces el proceso puede parecer etéreo. El Design Thinking contribuye a resolver esta ambigüedad proporcionando un método estructurado para rediseñar las experiencias de los empleados, una oportunidad para que los individuos hagan oír su voz y también ayudando a la formación de nuevas mentalidades. Cuando los empleados pueden participar activamente en su propia organización, apoyarla y mejorarla, al tiempo que mejoran sus habilidades e ideas, no sólo ganan ellos, sino también su cultura.